ALBERT PUJOLS
Pregúntele a cualquier miembro de los Cardenales de San Luis, quién es el jugador más disciplinado del equipo y la respuesta será unánime: Albert Pujols. Como la piedra angular del equipo de los Cardenales, campeón de la Serie Mundial de 2006, Pujols ha disfrutado de una plataforma que crece cada vez más, y que le permite realizar un trabajo significativo con la Fundación de la Familia Pujols. Pero el tres veces aclamado mejor jugador de la Liga Nacional (MVP por siglas en inglés), el Novato del Año 2001 y la perenne gran figura de primera base, nunca ha dejado que los logros y premios cambien la perspectiva que él tiene de lo que es más importante.
"Durante mis años de crecimiento era como todo niño de la República Dominicana. Quería convertirme en un jugador de béisbol profesional. Comencé a buscar la excelencia cuando tenía unos diez años. Aunque sabía que tenía la oportunidad de lograr mi sueño, nunca lo di por sentado.
"Pero fue en 1999 cuando de verdad entendí qué significaba la excelencia: mi esposa Diedre me presentó a Jesucristo, y mi vida cambió. Ahora comprendo que la excelencia consiste en honrar a Dios, poniendo todo lo mejor de mi parte en lo que hago.
"Incluso así, es muy duro mantenerse enfocado, porque hay muchas distracciones en éste juego. Suceden muchas cosas locas. Lo que verdaderamente me sostiene enfocado es el mantener mis ojos en Jesús. Trato de que mi relación con Cristo sea lo más fuerte posible, y se que cuando llego al campo voy a honrarlo a él y no a tratar de honrar a Alberto Pujols, ni a complacer a cuarenta y cinco mil personas. Si Dios quiere que complazca a cuarenta y cinco mil fanáticos en el estadio todas las noches porque bateo un cuadrangular, alabado sea Dios. Pero mi trabajo es salir y honrar a Dios todos los días y asegurarme de que mis ojos se mantienen fijos en él.
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