CAMPEONES DE LA FE
Ningún país tiene una población musulmana más grande que Indonesia. Pero uno de sus atletas más queridos es un jugador de bádminton de 23 años que ama a Jesús. Esta es una de las razones: en 2018, cinco años después de que Christie ganara su título internacional sénior a los 15 años, prometió a Dios que si llegaba a la final de individuales/singles masculinos de bádminton en los Juegos Asiáticos 2018, donaría la mitad del pago. Unas semanas atrás, un terremoto había sacudió la isla de Lombok, cobrando la vida de más de quinientas personas y desplazando a cerca de medio millón.
Christie ganó los Juegos Asiáticos, y luego pagó la reconstrucción de una escuela y dos mezquitas, con la esperanza de que su gesto ayudara a unir al país. A pesar de estos reconocimientos, Christie sigue siendo humilde. «No soy un hombre perfecto. Estoy lejos de ser una buena persona. Creo que no soy alguien que pueda ser un buen modelo a seguir porque yo mismo sigo luchando con muchos pecados», dijo Christie, quien actualmente ocupa el séptimo puesto en el ranking mundial, a principios de este año [enlace en indonesio]. «He aprendido mucho de la gente que me rodea sobre cómo caminar en comunión con Dios. Mi vida espiritual no está libre de problemas. Seguir a Jesús no siempre significa que todo vaya a estar bien. Todavía tengo que enfrentar muchas pruebas. Pero para mí, sean cuales sean las pruebas que Dios permita que enfrentemos, debemos seguir aprendiendo y creciendo. Si logramos superar un problema de la mano de Dios, debe abrirse una puerta nueva para que logremos ser más maduros a la hora de afrontar nuestros problemas».
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